Éramos los mejores con la espada.
Nos atacaron desde el norte con fuego, y prendimos nuestras teas. Ardimos.
Vinieron desde el este con lanzas, y enarbolamos las nuestras. Caímos.
Desde el oeste con arcos y flechas, y fabricamos unos propios…
Para cuando nos atacaron desde el sur con espadas, nuestras manos las habían olvidado.
Perdimos cuatro batallas, la guerra, y nuestra identidad