Fotografías, cartas, mensajes de texto, entradas de conciertos, octavillas de museos, libros, hojas secas, discos, pulseras, anillos, llaveros, platos, calcetines, listas de la compra, correas de perro, los tiques del chino, facturas, camisetas desgastadas, reproductores de audio rotos, entradas de cine borradas y aquella botella de jarabe caducado.

 

Recuerdos; perennes, imperecederos. Todo lo contrario que tú y yo.

 

Más que tú y yo.